La palabra vanguardia se entiende en el ámbito militar como “a la cabeza” o “primer lugar” ya que estratégicamente son aquellos que van en el frente de la batalla, por lo que se tomó la palabra en el ámbito artístico para representar aquellas ideas o movimientos revolucionarios que empezarían una nueva era en la historia del arte.
¿Qué es?
Cuando nos referimos a vanguardia artística, nos referimos a los movimientos históricos del arte que se les conocen como “ismos”. Estos mismos iniciaron a verse desde el siglo XIX, para ser específicos en su etapa final, ya que abarco también los siglos XX y XXI.
Casi todas las naciones con cierto nivel de desarrollo industrial mostraron un sentimiento del presente y un anhelo de alejarse de los estilos del pasado durante las últimas décadas. En este tiempo se lograron crear y vivir una impresionante cantidad de cambios que lograron marcar una evolución en todas las reacciones artísticas.
Fue una época ajetreada y complicada en la que convivieron la búsqueda de lo novedoso y lo familiar. Pero con la permanencia del pasado: adoptar la tecnología moderna mientras se rechaza la máquina (que preveía o investigaba el futuro), la inestabilidad social y anarquista, así como la consolidación de los principios de la cultura burguesa, así como el problema arte-sociedad, que es claramente el carácter distintivo que conlleva la vanguardia.
El término «vanguardia histórica» se refiere a los movimientos estéticos que surgieron en las primeras Siglo XX, o la mitad. Su idea innovadora fue tan radical que todavía se usa hoy más de un siglo después.
Desarrollo y Causas
Para poder entender las causas y razones por las cuales es que las vanguardias artísticas se desarrollaron, es necesario remontarse al siglo XIX para comprender los factores que propiciaron el desarrollo de las vanguardias artísticas.
La Primera Guerra Mundial (1914), las constituciones de la Segunda y Tercera República Francesa (1848 y 1871), estos tres eventos políticos provocaron una reacción intelectual contra la cultura de la época. Es así como emerge por primera vez el cliché del artista: incomprendido, de espíritu libre y entregado a un conjunto de ideales en oposición a la turbulenta realidad que dio lugar a circunstancias desagradables y trágicas.
También debemos recordar los comienzos del importante “Salón de Paris”, una gran muestra artística anual de inmenso prestigio que contabilizaba con un jurado conservador y tradicional, y de donde fueron rechazados la mayoría de pintores impresionistas.
Ellos inauguraron de manera propia, los conocidos salón de los rechazados con la finalidad de que su trabajo, así no fuese aceptado en la muestra principal, lograra ser apreciado y valorado por su público.
Puede que este haya sido el primer gran encuentro fallido entre el mundo artístico y el intelectual de la época. En este mismo punto se debería añadir el paisaje general de principios del siglo XX, completamente rebosando de cambios y aportes significativos que pudieron modificar ciertos puntos e ideas de vida; con la aparición del primer motor de explosión, la publicación de Albert Einstein “la teoría de la relatividad” y por parte de Sigmund Freud “ La interpretación de los sueños”.
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